martes, 15 de julio de 2008

Jamas te quedes callado ante una injusticia!

El que se queda callado acepta como bueno el padecimiento que se le ha impuesto. Hay que reclamar siempre, aunque pierdas. No te quedes con las ganas. Es la lección que me ha enseñado mi padre con su ejemplo más que con sus palabras. La moral de clase media no funciona en un mundo de perversos, sólo es buena si estas rodeado de almas caritativas y nobles.

6 comentarios:

Tumbaíto dijo...

Quien cree que su reclamación puede ser satisfecha en este mundo sólo puede querer defender un privilegio nauseabundo.

Tony79x dijo...

Eso es tan clase mediera que no se como responderlo. Quieres decir que todas las reclamaciones que uno puede hacer tienen que esperar a la otra vida para poder ser atendidas. Consideras que sólo los privilegios nauseabundos se pueden defender. Vale, pues te digo esto: la gente ataca al que ve débil y no sólo lo ataca sino que se ensaña. Si permites que te fastidien aunque sea un poquito, estas pérdido porque se van a montar sobre tí. Y lo peor de todo es que llegaras al otro mundo lleno de rencor, y supongo que a los rencorosos no les estará garantizado la entrada al cielo. No sé como vas por la vida, pero supongo que no será poniendo la otra mejilla. Si es así, mis felicitaciones llegarás a ser un Santo. Yo desde luego que no, trato de evitar el resentimiento y sobre todo ser una víctima. Prefiero que me tengan miedo a que me tengan lástima.

Tumbaíto dijo...

Querido Escubícolo de las narices:

¿Si el pez grande se come al pez pequeño porque hay tanto pecesito en el mar?

Tumbaíto dijo...

No respondes, ehhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

lacubanadeldíatalylahoratal dijo...

(Ya se cuentan unas cuantas especies de pequeños peces extintos por no ajustar a tiempo su eslabón en la cadena alimenticia, pero de esos no se habla...)
Debo ser una belicosa nata, porque apuesto por el precedente que sientan muchas reclamaciones juntas. Claro que no se les satisface de inmediato -si es que es la idea- pero siempre es un toque de atención para el injusto que pocas veces se queda indiferente cuando el conformismo se revuelve y amenaza con dejar de ser tal. Una reclamación, cuando menos, sirve para llamar la atención del que no reclama. No es una garantía, pero la toma de conciencia ha sido el primer paso de muchos cambios trascendentales, a nivel social e individual.
Las que si me molestan son las reclamaciones ilógicas, desencaminadas o demasiado puntuales. Como cuando exigimos papeles para TODOS o cuando en Argentina los piqueteros se iban a casa después de conseguir X puestos de trabajo para los asistentes y una canasta básica. Reclamar una solución parcial a un problema de raíces profundas me parece de un de conformismo de lo más solapado y traicionero.
¡Un momento!...los que hoy disfrutan de privilegios nauseabundos y obscenos como la fortuna de Bill Gates...¿es porque confiaron e insistieron en reclamar?

Tony79x dijo...

Yo quiero disfrutar de los derechos nauseabundos que minusvalora el vienés. Esos evitan que se te amargue la existencia.

Por otro lado, vienés, tu comparación es erronéa pues el pez grande se come al pequeño para satisfacer una necesidad vital que es comer. En el mundo de los humanos no ocurre igual, pues veras las injusticias no son justificables (duhh) como la misma palabra lo implica.