lunes, 25 de junio de 2007

Sobre la Importancia de la Belleza

Estoy seguro de que todos, alguna vez en la vida, hemos conocido o visto a alguien tan hermoso que no podemos mirarlo directamente sin sentirnos indefensos y descubiertos ante tanta belleza. He escuchado varias veces en mi vida, situaciones similares a la descrita en donde la belleza de la mujer o del hombre es tan soberbia que nos obliga a agachar la cabeza y a mirar de reojo. Una situación similar me ha pasado en el día de hoy, mientras caminaba para dirigirme a clase. Tuve un sentimiento parecido al miedo, ya que intuía que si miraba el objeto de mi ambición directamente a la cara me iba a descubrir, como si mis pensamientos pudiesen ser escuchados y mis deseos más tórridos completamente transparentes. Que yo recuerde, esta es la segunda vez en la vida que me pasa. Sin embargo, en esta ocasión, fingí que estaba sosteniendo una conversión por teléfono, quizás con mi superego y observaba el angel caído desde la comodidad de una breve distancia. Rehuía su mirada, y al mismo tiempo notaba que a su alrededor había un monton de estatuas, de distintas poses que revoloteaban, al igual que yo, en torno a este inmenso sol. Era rídiculo, como si el tiempo se detuviese en aquella zona, y todas aquellas personas quedasen hechizadas en una trampa de belleza. Deseaba que esta dulce agonía se acábase pronto, no la toleraba más, quería pronto volver a mi vida, a mi rutina y dejar de estar en las puertas del paraíso, donde no podía entrar. Pero también quería que este momento fuese eterno, pues en la eternidad sería sólo para mi. Inesperadamente se alejo de nosotros, al principio, pienso que hubo una sensación general de desdicha que se transformo casí inmediatamente en gratitud, pues podíamos continuar con nuestros respectivos caminos. Así fue, literalmente, una vez desapareció la estrella, los demás astros opacos continuamos nuestras erráticas trayectorias.

La belleza es una virtud que ha estado sujeta a una multitud de críticas. Su posesión es sinónimo de ignorancia, superficialidad, vanidad y prepotencia. Sin embargo, cuando nos toca elegir a los miembros de equipos de trabajo, empleados, amistades y en nuestras relaciones de pareja siempre nos inclinamos por aquellos agraciados con un buen aspecto. Es más, a la hora de pagar o realizar cualquier transacción comercial siempre buscamos aquellos cajeros o cajeras que sean más atractivos a la vista. ¿Por qué tanta incoherencia? La envidia de su belleza nos corroe por dentro, cuando es analizada desde una perspectiva lejana, pero, cuando se encuentran presentes estos seres maravillosos, nos levantan el espiritu. Por mi parte, el suceso del día de hoy ha incidido en mi conducta, no fue algo pasajero. Para empezar, ha reforzado mi voluntad de ponerme a dieta, casí no almorcé, mi cuerpo y mi espiritu no necesitó alimentarse porque ya lo había hecho. Espero que, si adelgazo, podré la próxima vez acercarme un poco más a las puertas del paraíso, y quizá lleque a tocar el timbre. Es increíble que alguien que no me conoce y a quien yo no conozco haya alterado mi vida y quizás la de muchos otros con su sola existencia ¡Qué viva la belleza!

miércoles, 20 de junio de 2007

Roma, La Ciudad Eterna

Laocoon y sus hijos, obra según Plinys el Viejo de tres escultores Agesandros Polydoros y Athenodoros, estatua que se encuentra en los Museos Vaticanos. Esta foto la tome durante mi visita a Roma hace como dos meses. Ayy Roma, la ciudad eterna, es simplemente magnifica.

martes, 19 de junio de 2007

El séptimo arte y los pseudo-intelectuales

Hoy voy a comentar una película que me ha causado una impresión de esas que jamás podrás olvidar. Se trata de la "Fuente de la Vida" (The Fountain) una película del aclamado director Aronofsky en la que protagonizan Rachel Weisz y Hugh Jeckman. Si deconstruimos la obra maestra de Aronofsky observaremos que hay elementos en los cuales no podemos decidir y experimentamos como el director invierte los opuestos binarios de la vida y la muerte, en la cual ya no se privilegia a la vida sino a la muerte... Bueno basta ya de disparates y vamos al grano, la película es un gran disparate, una estafa en la que una serie de incautos son llevados a pagar por estar sentados dos horas en el cine sin saber que estan viendo con la unica finalidad de quitarles el dinero y elevar un poco sus reducidos egos. Lo cierto es que cualquiera que no este nublado por su arrogancia puede dislumbrar la gran estupidez que representa esta película.

¿Porqué decimos todo esto? Porque la película carece de un guíon coherente, las escenas se suceden unas a otras de forma muy inconexa, la emotividad que trata de transmitir no es lograda y el resultado final es un gran dolor de cabeza en el algunos y en otros una risotada de alredor de media hora (mi caso). La película utiliza el señuelo de la civilización maya para atraer público ávido de dos horas de entretenimiento y lo que obtiene es supuestamente "una obra maestra que no esta basada en una secuencia lógica sino de generar emoción." En teoría, para poder apreciar el valor de esta película, debería ser vista como una obra de arte abstracto, donde tus percepciones personales le den el valor característico del filme. A mi me excusan los críticos de cine, pero para que una película funcione lo primordial es un buen guíon, el cual pueda ser entendido por la mayor parte del público que asiste a la función y donde la emotividad vaya acompañada con la comprensión de la película.

Entonces , uno se pregunta porque este tipo de películas tiene tanto éxito en aquellos circulos intelectualoides. Principalmente por la arrogancia del ser humano. Primero el filme se vende destinado a un "selecto grupo de personas". En segundo lugar, se elabora la película de tal manera de que sea imposible encontrarle sentido alguno. Y finalmente, se espera que los expectadores al salir de la función exclamen que han entendido perfectamente lo que el director ha querido decir, y si tú no lo entendiste es porque "desconoces lo que es el psicoanálisis" o "careces de nociones de lo que es el cine inteligente y te conformas con guiones simplistas". Por favor, si realmente quieren impactar y darse galas de intelectual formado aprovechen esas dos horas y pongánse a leer un libro. Estoy seguro que hay cientos de personas que nunca han leido a un filosofo en su vida y se creen que son lo máximo.

Les comento que después de la tortura de esas dos horas en que mi amigo Leo y yo estuvimos perplejos en el medio de aquella sala, no pudimos aguantarnos más y luego de ese final caótico y ridículo nos empezamos a reir de forma histérica, mientras observamos como la gente se mantenía en sus asientos, luego de haberse acabado la función, como esperando que alguien bajara de las taquillas a explicarles lo que había sucedido. Lynch, Aronofsky y los otros timadores, les prometo que jamás me volverán a robar, prefiero mil veces "Chicas blancas" antes que ver una película que me produzca la misma sensación de ver un hornillo prendido.

martes, 12 de junio de 2007

Sobre la regla del 50%

Hola a todos mis futuros lectores, este es mi primera entrada al facinante mundo del blog en Español. Tengo otro en inglés que también es de reciente creación en otro servidor. Siempre había albergado la idea de escribir en Español, la lengua en que según el Rey Carlos V "es el idioma para hablar con Dios" pero no fue hasta que un amigo, Fidel, me insistió en la idea de empezar este blog. Pienso escribir sobre la vida, lo que pienso de ella y sobre las cosas banales que le dan un puntito de sal a esta insípida existencia. Lo cierto es que padezco del mal del perfeccionismo, algo contra lo que estoy condenado a luchar toda la vida, por eso todo lo que escribo lo borro y lo tacho como inservible. Recuerden este principio: lo bueno es enemigo de lo perfecto. Por lo tanto, no espero expresar ideas perfectas, escritas en el mejor castellano, me conformo con simplemente expresarme.

La primera regla de las cuales les voy a comentar es sobre la regla del 50%. Cuando se manejan estadísticas de cualquier índole y se sugiere que la ocurrencia de cualquier evento es técnicamente imposible, siempre pienso en esta regla mental que yo pensaba haber descubierto. Se llama la regla del 50%, si el evento al que se hace referencia es de naturaleza funesta, todos tendemos a pensar que nos podríamos encontrar dentro del grupo de desafortunados a los cuales el evento casi imposible luce muy posible. Por ejemplo, si te dicen que la probabilidad de que te caiga un rayo es de una en un millón, simpre, no sé porqué, uno agacha ligeramente la cabeza y mira por breves instantes al cielo. Como si la probabilidad no fuese una en un millón sino un 50% por ciento, cara o cruz. ¿Por qué somos tan negativos? La ley del 50% sugiere que en nuestra cabeza ante una situación dicótoma la alternativa más negativa tendemos a valorarla más. Esto, no es una idea novedosa, es algo por lo que un economista y un psicólogo recibieron el premio Nobel. Si, por muy loco que parezca, Kahneman y el fenecido Tversky (Vernon Smith fue el otro receptor, Tversky murió antes de que concediera el Nobel) concibieron lo que se conoce como "Prospect Theory." Estos economistas argumentan que los individuos tienden a valorar las pérdidas de una manera distinta a las ganancias en situaciones de riesgo. Esto se conoce como aversión a la pérdida "loss aversion" y entra en contradicción con al teoría estándar de la utilidad esperada, la cual supone la racionalidad del individuo y la coherencia de sus preferencias. En términos sencillos las personas tienden a supravalorar eventos poco probables y a infravalorar aquellos que son mediana o altamente probables. Uno siempre debe tener en cuenta esta tendencia natural a la hora de tomar decisiones y no dejar que estos sesgos en la evaluación del riesgo arruinen su futura decisión.

Ya saben, si alguna vez, tienen una idea que le luce muy estupida en la cabeza y hasta se ríen de ella, no la desdeñen, y escribanla en un blog de notas. Quizás sean candidatos a un futuro Nobel. (o al menos para un igNobel)