martes, 11 de diciembre de 2007

El Tate Modern y mi nueva obra de arte

Luego de haber pasado un maravilloso fin de semana en Londres he vuelto con un montón de ideas frescas sobre nuevas entradas. Ya escribiré una detallando los pormenores de mi visita a la fabulosa capital del imperio Británico. Si les puedo adelantar, que si bien es cierto la ciudad tiene monumentos magníficos, personas muy interesantes y sorprendentemente una gran cantidad de restaurantes de lo más diverso que yo haya visto, no le llega a la grandeza y majestuosidad de París. Yo esperaba que luego del viaje, me iba a entrar la dudita de cual de las dos capitales europeas es más hermosa, pero no es así. París sigue siendo mi ciudad favorita, muy por encima de New York, y definitivamente por encima de Londres. Es que la capital gala es fuera de serie. Pero Londres, es tan chula como New York, y me gusta tanto como Barcelona y eso es mucho decir.

Lo que me ha dado más risa en este viaje fue comprobar una vez más mi incapacidad de entender el arte moderno. Fui al Tate Modern, luego de haber visitado el Reina Sofía, pues pensaba que quizás estaba yo muy equivocado con lo del arte moderno y estas corrientes con nombres tan esotéricos como minimalismo, vorticismo, cubismo entre otros ismos diferentes. Gracias a Dios, que el museo es gratis, pero carajo! cuántos disparates juntos. Pareciera que la colección fue ensamblada por niños 3 o 4 años o por un grupo de gamberros que querían jugarle una broma pesada al público. El edificio es horroroso, una antigua estación de suministro eléctrico. ¿Cuántos millones de libras se habrán gastado en remodelarlo? 134 millones de libras esterlinas para exponer piezas de artes tales como: una lampara fluorescente, unas letras que brillan y dicen "The whole world", como diesiete cuadros pintados una brocha gorda de un solo color (algo que uno puede hacer en microsoft paint) y que tienen distintos significados según los colores y las técnicas empleadas (que si el gris significa la neutralidad, el rojo la intensidad del sentimiento etc.) y un urinal, el famoso "Fountain" de Duchamps. O sea es como comprar una casa de 18 millones de euros y llenarla de muebles prefabricados de esos que venden en los hipermercados.

Pues bien, ya que el arte se ha democratizado y ya no se necesita saber pintar, ni siquiera se necesita hacer la pieza uno (The fountain fue adquirido a una empresa que se dedicaba a hacer urinales) yo he decido hacer una obra de arte también. La he titulado "Yuxtaposición de Sentimientos Deconstruidos luego de un Viaje Vertiginoso a Londres" vale un millón de libras esterlinas, pero se lo voy a donar al Tate Modern para que tengan algo más que poner. Después que lo imprima en una impresora industrial a color se lo voy a enviar firmado y todo ¿Me ayudan?

No hay comentarios: