lunes, 19 de mayo de 2008

¿Por qué fallan los mercados?

Esta historia se encuentra en uno de los capítulos del libro "El economista camuflado" de Tim Harford y éste a su vez la extrajo del libro de microeconomía intermedia de Hal R. Varian. El relato muestra como una falla del mercado libre puede afectar a la sociedad y por qué este no representa la panacea que aseguran tantos economistas. La falla proviene de lo que se conoce como "poder de mercado" o lo que Harford denomina "poder de la escasez". En ella los agentes económicos están utilizando una discriminación de tercer grado. Este fragmento se refiere al comienzo de las transportes ferroviarios en Francia:

La razón por la que algunas empresas ferroviarias tienen vagones sin techo y con bancos de madera no es que tendrían que gastar unos pocos de miles de francos en la colocación del techo o en tapizar los asientos... Lo que las empresas intentan es impedir que los pasajeros que pueden pagar la tarifa de segunda clase viajen en tercera. Maltratan al pobre, no porque quieran lastimarlo, sino porque quieren amedrentar al rico... Y, otra vez, se trata de la misma razón por la cual las empresas, tras haber mostrado un trato casi cruel con el pasajero de tercera clase y tratado mezquinamente a los de segunda clase, es generosa cuando se trata de clientes de la primera clase. Después de negarle a los pobres lo necesario, les brinda a los ricos lo superfluo.

Harford Tim. "El Economista Camuflado" página 69.

Hoy en día esta práctica continua en las más diversas formas. Por ejemplo en la industria aérea. Los asientos de los que viajan en clase económica se hacen estrechos y con un espacio muy reducido entre el asiento y el respaldo del asiento de adelante. Pero no lo hacen con la finalidad, de ahorrar espacio o disminuir costos. La razón principal estriba en enviar una señal a aquellos pasajeros que pueden pagar un asiento de primera clase, para que así lo hagan, si la diferencia entre primera y segunda no es notoria, entonces estos pasajeros no tendrían los incentivos suficientes para adquirir un boleto en primera clase. Por esta razón la comida en segunda clase se hace de mala calidad, los pasajeros de primera siempre abordan y salen del avión primero y las azafatas y recargos son más amables con los de primera (nunca son los mismos). Simplemente, lo que las líneas aéreas desean es que el viajero se "autodiscrimine" seleccionando el producto que va orientado a él.

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